Al unísono del crecimiento del sector agropecuario, que dio
sus mayores frutos en el período de 2003-2007, el sector esta registrado un
debilitamiento en la oferta de la mano de obra disponible par la producción.Al unísono del crecimiento del sector agropecuario, que dio
sus mayores frutos en el período de 2003-2007, el sector esta registrado un
debilitamiento en la oferta de la mano de obra disponible par la producción.
La crisis europea, la actual sequía en EEEUU y el
advenimiento de China como consumidor cada vez mayor de productos derivados del
campo, han fortalecido enormemente la producción agropecuaria del Uruguay, la
cual también es perceptible en el departamento. Así, el país registró en 2009
una producción bruta del sector agropecuario equivalente a 4,324 millones de
dólares, a lo que se le suma unos 3,842 millones de dólares más en concepto de
producción agroindustrial.
Como publicábamos en notas anteriores, como ejemplo del
aumento de el precio de las comodities a
nivel internacional, el sector lechero, según publicábamos a través de una
entrevista con Rodolfo Braga, vicepresidente de la Asociación Nacional
de Productores de Leche, se registró un aumento de alrededor de un 20% en la
producción de leche sobre el año 2011, el cual ya había registrado el mismo
porcentaje de aumento con respecto a 2010. A esto puede sumarse ahora a la soja, la
cual se ve altamente favorecida por la sequía existente en EEUU, principal
productor de la misma, lo cual dispara el precio de las leguminosas.
Ante este panorama favorable del sector, uno no podría
imaginarse la existencia de una crisis que opere en simultáneo con este
contexto. Aún así, según confirmaron a La Semana varios productores consultados para esta
nota, la falta de trabajadores dispuestos a ofrecer su fuerza de trabajo para
las labores del campo, esta obligando, sobre todo a los medianos y pequeños
productores, a tecnificar y reducir la variedad de los alimentos a producir.
“No hay gente para trabajar en el campo”, es la expresión
mas común entre los productores consultados. Hoy, la población rural esta
llegando al 5%, unos 164.840 pobladores del medio, según el ultimo Censo. Según
el Ministerio de ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), hacia 2009, existían
57.000 productores, para los cuales trabajaban 157.000 trabajadores, los cuales
representan, en promedio, un 10% del total de ocupados, incluyendo a la pesca y
la explotación de minas y canteras
Este porcentaje de la cantidad de ocupados en el medio
rural, parece mantenerse por lo menos desde 2006, donde se registra un
porcentaje similar. Ante estos datos y el contexto del sector agropecuario
antes descripto, cave preguntarse, ¿a que se debe que durante una expansión del
sector no varíe la cantidad de mano de obra en actividad?
A esta pregunta intentamos responder durante las consultas
hechas a los distintos productores y algunas entrevistas ya realizas en
ediciones anteriores, aunque debemos reconocer y aclarar que explicar un
contexto como el del medio rural amerita investigaciones de caracteres
sociológico, económico e inclusive político, para lograr vislumbrar las
variables que influyen en este proceso de despoblación del campo que ya es
perceptible.
EL PESO DE LA
TRADICIÖN | Uno de los primeros factores a los que le
atribuyen los productores esta falta de mano de obra en el campo, es a la
pérdida de la tradición. “El campo es como los mejores artistas que empiezan de
chicos”, decía el agricultor Alfonso Díaz, al tiempo que decía que la tradición
de trabajar en el campo ya no estaba arraigándose en los jóvenes, los cuales
representaban una cantidad importante de la mano de obra disponible.
En marzo de este año publicábamos una nota titulada “La
mujer rural y su emancipación”, en la cual, Marita Lasalle, integrante de
Mujeres Rurales del Uruguay, decía: “Ante la familia era mucho mas unida, todo
niño en la escuela tiene muchísimo mas comunicación, ve la realidad en otras partes
y lo primero que quiere hacer es huir del campo por que el campo le brinda
oportunidades”.
Lasalle deslindó en esta declaración una de las posibles
causas de la migración campo-ciudad por parte de los jóvenes, la educación. Si
bien la mayoría de los productores que se consultaron para esta nota no
mencionaron a la educación como un factor posible de este proceso, en junio de
este año, en entrevista con Rosana Suarez, maestra en la escuela rural de
Colonia Wilson, la cual posee una experiencia de 20 años en escuelas de este
tipo, decía que el actual plan de estudios surgido de la Ley General de
Educación en 2008, en conjunto a las facultades del Plan Ceibal, contribuyen a
una mejor formación del alumno, “igual a la de las zonas urbanas”. Este tipo de
educación universal parece lograr el interés del niño rural por actividades
urbanas que lo alejan de su contexto natal.
No caben dudas del crecimiento industrial de San José fuertemente mencionado en este medio, el
cual abarca la aparición de Effa Motors-actual Lifan-, Takata SA y Milagro SA.
Tres grandes colosos industriales que reclaman, solo ellos, casi mil personas
para su funcionamiento.
SI bien no podemos garantizar 100% que los trabajadores
actuales de dichas fábricas hayan provenido del sector agropecuario, los bajos
índices de desempleo que registra el Uruguay hace pensar que esos puestos de
trabajo fueron ocupados mediante un desplazamiento de dicha mano de obra de unas
actividades a otras.
La industria ofrece un trabajo “menos sacrificado” y con un
sueldo9 constante, lo que la vuelve una oferta laboral mas atractiva, como nos
hicieron saber los productores. Si bien el sueldo en algunas actividades, como
la cosecha de papa, el suelo puede ascender a entre 15 o 20 mil pesos, en las
temporadas bajas de invierno los sueldos tienden a ser bastante inferiores a
esta suma. Por esta razón, el trabajador prefiere un ingreso continuo y
estable.
¿CRISIS? | Algunos productores ya hablan de una crisis,
otros de un proceso que se agudiza, pero lo que si aparece como un hecho, es
que los productores rurales ya comienzan a aplicar ciertas medias que los
ayuden a sustentar esta falta de mano de obra producto de la despoblación
gradual del campo.
El cultivo de frutales comienza a abandonarse debido a la demanda de mano de obra que exige su producción |
Así, la agricultura se vuelve cada vez mas familiar, por lo
menos en los casos de los medianos y pequeños productores, ya que los propios
dueños de los campos se ven obligados a trabajar, al tiempo que buscan una
mayor tecnificación del trabajo para suplantar la mano de obra faltante. A esta
medida hay que sumarle la reducción del cultivo de ciertos alimentos, sobre
todo la fruta, que reclamen demasiada mano de obra, la cual se hace cara por su
escasez. Estas medias, por lo menos así lo penamos, puede llevar a la pérdida
casi absoluta del trabajador rural.
La crisis europea, la actual sequía en EEEUU y el
advenimiento de China como consumidor cada vez mayor de productos derivados del
campo, han fortalecido enormemente la producción agropecuaria del Uruguay, la
cual también es perceptible en el departamento. Así, el país registró en 2009
una producción bruta del sector agropecuario equivalente a 4,324 millones de
dólares, a lo que se le suma unos 3,842 millones de dólares más en concepto de
producción agroindustrial.
Como publicábamos en notas anteriores, como ejemplo del
aumento de el precio de las comodities a
nivel internacional, el sector lechero, según publicábamos a través de una
entrevista con Rodolfo Braga, vicepresidente de la Asociación Nacional
de Productores de Leche, se registró un aumento de alrededor de un 20% en la
producción de leche sobre el año 2011, el cual ya había registrado el mismo
porcentaje de aumento con respecto a 2010. A esto puede sumarse ahora a la soja, la
cual se ve altamente favorecida por la sequía existente en EEUU, principal
productor de la misma, lo cual dispara el precio de las leguminosas.
Ante este panorama favorable del sector, uno no podría
imaginarse la existencia de una crisis que opere en simultáneo con este
contexto. Aún así, según confirmaron a La Semana varios productores consultados para esta
nota, la falta de trabajadores dispuestos a ofrecer su fuerza de trabajo para
las labores del campo, esta obligando, sobre todo a los medianos y pequeños
productores, a tecnificar y reducir la variedad de los alimentos a producir.
“No hay gente para trabajar en el campo”, es la expresión
mas común entre los productores consultados. Hoy, la población rural esta
llegando al 5%, unos 164.840 pobladores del medio, según el ultimo Censo. Según
el Ministerio de ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), hacia 2009, existían
57.000 productores, para los cuales trabajaban 157.000 trabajadores, los cuales
representan, en promedio, un 10% del total de ocupados, incluyendo a la pesca y
la explotación de minas y canteras
Este porcentaje de la cantidad de ocupados en el medio
rural, parece mantenerse por lo menos desde 2006, donde se registra un
porcentaje similar. Ante estos datos y el contexto del sector agropecuario
antes descripto, cave preguntarse, ¿a que se debe que durante una expansión del
sector no varíe la cantidad de mano de obra en actividad?
A esta pregunta intentamos responder durante las consultas
hechas a los distintos productores y algunas entrevistas ya realizas en
ediciones anteriores, aunque debemos reconocer y aclarar que explicar un
contexto como el del medio rural amerita investigaciones de caracteres
sociológico, económico e inclusive político, para lograr vislumbrar las
variables que influyen en este proceso de despoblación del campo que ya es
perceptible.
EL PESO DE LA
TRADICIÖN | Uno de los primeros factores a los que le
atribuyen los productores esta falta de mano de obra en el campo, es a la
pérdida de la tradición. “El campo es como los mejores artistas que empiezan de
chicos”, decía el agricultor Alfonso Díaz, al tiempo que decía que la tradición
de trabajar en el campo ya no estaba arraigándose en los jóvenes, los cuales
representaban una cantidad importante de la mano de obra disponible.
En marzo de este año publicábamos una nota titulada “La
mujer rural y su emancipación”, en la cual, Marita Lasalle, integrante de
Mujeres Rurales del Uruguay, decía: “Ante la familia era mucho mas unida, todo
niño en la escuela tiene muchísimo mas comunicación, ve la realidad en otras partes
y lo primero que quiere hacer es huir del campo por que el campo le brinda
oportunidades”.
Lasalle deslindó en esta declaración una de las posibles
causas de la migración campo-ciudad por parte de los jóvenes, la educación. Si
bien la mayoría de los productores que se consultaron para esta nota no
mencionaron a la educación como un factor posible de este proceso, en junio de
este año, en entrevista con Rosana Suarez, maestra en la escuela rural de
Colonia Wilson, la cual posee una experiencia de 20 años en escuelas de este
tipo, decía que el actual plan de estudios surgido de la Ley General de
Educación en 2008, en conjunto a las facultades del Plan Ceibal, contribuyen a
una mejor formación del alumno, “igual a la de las zonas urbanas”. Este tipo de
educación universal parece lograr el interés del niño rural por actividades
urbanas que lo alejan de su contexto natal.
No caben dudas del crecimiento industrial de San José fuertemente mencionado en este medio, el
cual abarca la aparición de Effa Motors-actual Lifan-, Takata SA y Milagro SA.
Tres grandes colosos industriales que reclaman, solo ellos, casi mil personas
para su funcionamiento.
SI bien no podemos garantizar 100% que los trabajadores
actuales de dichas fábricas hayan provenido del sector agropecuario, los bajos
índices de desempleo que registra el Uruguay hace pensar que esos puestos de
trabajo fueron ocupados mediante un desplazamiento de dicha mano de obra de unas
actividades a otras.
La industria ofrece un trabajo “menos sacrificado” y con un
sueldo9 constante, lo que la vuelve una oferta laboral mas atractiva, como nos
hicieron saber los productores. Si bien el sueldo en algunas actividades, como
la cosecha de papa, el suelo puede ascender a entre 15 o 20 mil pesos, en las
temporadas bajas de invierno los sueldos tienden a ser bastante inferiores a
esta suma. Por esta razón, el trabajador prefiere un ingreso continuo y
estable.
¿CRISIS? | Algunos productores ya hablan de una crisis,
otros de un proceso que se agudiza, pero lo que si aparece como un hecho, es
que los productores rurales ya comienzan a aplicar ciertas medias que los
ayuden a sustentar esta falta de mano de obra producto de la despoblación
gradual del campo.
Así, la agricultura se vuelve cada vez mas familiar, por lo
menos en los casos de los medianos y pequeños productores, ya que los propios
dueños de los campos se ven obligados a trabajar, al tiempo que buscan una
mayor tecnificación del trabajo para suplantar la mano de obra faltante. A esta
medida hay que sumarle la reducción del cultivo de ciertos alimentos, sobre
todo la fruta, que reclamen demasiada mano de obra, la cual se hace cara por su
escasez. Estas medias, por lo menos así lo penamos, puede llevar a la pérdida
casi absoluta del trabajador rural.
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