lunes, 6 de agosto de 2012

Falta de mano de obra rural genera crisis en el sector


Al unísono del crecimiento del sector agropecuario, que dio sus mayores frutos en el período de 2003-2007, el sector esta registrado un debilitamiento en la oferta de la mano de obra disponible par la producción.Al unísono del crecimiento del sector agropecuario, que dio sus mayores frutos en el período de 2003-2007, el sector esta registrado un debilitamiento en la oferta de la mano de obra disponible par la producción.



La crisis europea, la actual sequía en EEEUU y el advenimiento de China como consumidor cada vez mayor de productos derivados del campo, han fortalecido enormemente la producción agropecuaria del Uruguay, la cual también es perceptible en el departamento. Así, el país registró en 2009 una producción bruta del sector agropecuario equivalente a 4,324 millones de dólares, a lo que se le suma unos 3,842 millones de dólares más en concepto de producción agroindustrial.

Como publicábamos en notas anteriores, como ejemplo del aumento de el precio de las  comodities a nivel internacional, el sector lechero, según publicábamos a través de una entrevista con Rodolfo Braga, vicepresidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, se registró un aumento de alrededor de un 20% en la producción de leche sobre el año 2011, el cual ya había registrado el mismo porcentaje de aumento con respecto a 2010. A esto puede sumarse ahora a la soja, la cual se ve altamente favorecida por la sequía existente en EEUU, principal productor de la misma, lo cual dispara el precio de las leguminosas.

Ante este panorama favorable del sector, uno no podría imaginarse la existencia de una crisis que opere en simultáneo con este contexto. Aún así, según confirmaron a La Semana varios productores consultados para esta nota, la falta de trabajadores dispuestos a ofrecer su fuerza de trabajo para las labores del campo, esta obligando, sobre todo a los medianos y pequeños productores, a tecnificar y reducir la variedad de los alimentos  a producir.

“No hay gente para trabajar en el campo”, es la expresión mas común entre los productores consultados. Hoy, la población rural esta llegando al 5%, unos 164.840 pobladores del medio, según el ultimo Censo. Según el Ministerio de ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), hacia 2009, existían 57.000 productores, para los cuales trabajaban 157.000 trabajadores, los cuales representan, en promedio, un 10% del total de ocupados, incluyendo a la pesca y la explotación de minas y canteras

Este porcentaje de la cantidad de ocupados en el medio rural, parece mantenerse por lo menos desde 2006, donde se registra un porcentaje similar. Ante estos datos y el contexto del sector agropecuario antes descripto, cave preguntarse, ¿a que se debe que durante una expansión del sector no varíe la cantidad de mano de obra en actividad?

A esta pregunta intentamos responder durante las consultas hechas a los distintos productores y algunas entrevistas ya realizas en ediciones anteriores, aunque debemos reconocer y aclarar que explicar un contexto como el del medio rural amerita investigaciones de caracteres sociológico, económico e inclusive político, para lograr vislumbrar las variables que influyen en este proceso de despoblación del campo que ya es perceptible.

EL PESO DE LA TRADICIÖN | Uno de los primeros factores a los que le atribuyen los productores esta falta de mano de obra en el campo, es a la pérdida de la tradición. “El campo es como los mejores artistas que empiezan de chicos”, decía el agricultor Alfonso Díaz, al tiempo que decía que la tradición de trabajar en el campo ya no estaba arraigándose en los jóvenes, los cuales representaban una cantidad importante de la mano de obra disponible.

En marzo de este año publicábamos una nota titulada “La mujer rural y su emancipación”, en la cual, Marita Lasalle, integrante de Mujeres Rurales del Uruguay, decía: “Ante la familia era mucho mas unida, todo niño en la escuela tiene muchísimo mas comunicación, ve la realidad en otras partes y lo primero que quiere hacer es huir del campo por que el campo le brinda oportunidades”.

Lasalle deslindó en esta declaración una de las posibles causas de la migración campo-ciudad por parte de los jóvenes, la educación. Si bien la mayoría de los productores que se consultaron para esta nota no mencionaron a la educación como un factor posible de este proceso, en junio de este año, en entrevista con Rosana Suarez, maestra en la escuela rural de Colonia Wilson, la cual posee una experiencia de 20 años en escuelas de este tipo, decía que el actual plan de estudios surgido de la Ley General de Educación en 2008, en conjunto a las facultades del Plan Ceibal, contribuyen a una mejor formación del alumno, “igual a la de las zonas urbanas”. Este tipo de educación universal parece lograr el interés del niño rural por actividades urbanas que lo alejan de su contexto natal.

LA INDUSTRIA | Gran parte, si no todos, de los productores con los cuales La Semana conversó con el fin de dirigir esta nota, mencionaban con recelo la aparición de la industria como sustractor de la mano de obra.

No caben dudas del crecimiento industrial de San  José fuertemente mencionado en este medio, el cual abarca la aparición de Effa Motors-actual Lifan-, Takata SA y Milagro SA. Tres grandes colosos industriales que reclaman, solo ellos, casi mil personas para su funcionamiento.

SI bien no podemos garantizar 100% que los trabajadores actuales de dichas fábricas hayan provenido del sector agropecuario, los bajos índices de desempleo que registra el Uruguay hace pensar que esos puestos de trabajo fueron ocupados mediante un desplazamiento de dicha mano de obra de unas actividades a otras.

La industria ofrece un trabajo “menos sacrificado” y con un sueldo9 constante, lo que la vuelve una oferta laboral mas atractiva, como nos hicieron saber los productores. Si bien el sueldo en algunas actividades, como la cosecha de papa, el suelo puede ascender a entre 15 o 20 mil pesos, en las temporadas bajas de invierno los sueldos tienden a ser bastante inferiores a esta suma. Por esta razón, el trabajador prefiere un ingreso continuo y estable.


¿CRISIS? | Algunos productores ya hablan de una crisis, otros de un proceso que se agudiza, pero lo que si aparece como un hecho, es que los productores rurales ya comienzan a aplicar ciertas medias que los ayuden a sustentar esta falta de mano de obra producto de la despoblación gradual del campo.

El cultivo de frutales comienza a abandonarse debido a la demanda
de mano de obra que exige su producción
Así, la agricultura se vuelve cada vez mas familiar, por lo menos en los casos de los medianos y pequeños productores, ya que los propios dueños de los campos se ven obligados a trabajar, al tiempo que buscan una mayor tecnificación del trabajo para suplantar la mano de obra faltante. A esta medida hay que sumarle la reducción del cultivo de ciertos alimentos, sobre todo la fruta, que reclamen demasiada mano de obra, la cual se hace cara por su escasez. Estas medias, por lo menos así lo penamos, puede llevar a la pérdida casi absoluta del trabajador rural.


La crisis europea, la actual sequía en EEEUU y el advenimiento de China como consumidor cada vez mayor de productos derivados del campo, han fortalecido enormemente la producción agropecuaria del Uruguay, la cual también es perceptible en el departamento. Así, el país registró en 2009 una producción bruta del sector agropecuario equivalente a 4,324 millones de dólares, a lo que se le suma unos 3,842 millones de dólares más en concepto de producción agroindustrial.

Como publicábamos en notas anteriores, como ejemplo del aumento de el precio de las  comodities a nivel internacional, el sector lechero, según publicábamos a través de una entrevista con Rodolfo Braga, vicepresidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, se registró un aumento de alrededor de un 20% en la producción de leche sobre el año 2011, el cual ya había registrado el mismo porcentaje de aumento con respecto a 2010. A esto puede sumarse ahora a la soja, la cual se ve altamente favorecida por la sequía existente en EEUU, principal productor de la misma, lo cual dispara el precio de las leguminosas.

Ante este panorama favorable del sector, uno no podría imaginarse la existencia de una crisis que opere en simultáneo con este contexto. Aún así, según confirmaron a La Semana varios productores consultados para esta nota, la falta de trabajadores dispuestos a ofrecer su fuerza de trabajo para las labores del campo, esta obligando, sobre todo a los medianos y pequeños productores, a tecnificar y reducir la variedad de los alimentos  a producir.

“No hay gente para trabajar en el campo”, es la expresión mas común entre los productores consultados. Hoy, la población rural esta llegando al 5%, unos 164.840 pobladores del medio, según el ultimo Censo. Según el Ministerio de ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), hacia 2009, existían 57.000 productores, para los cuales trabajaban 157.000 trabajadores, los cuales representan, en promedio, un 10% del total de ocupados, incluyendo a la pesca y la explotación de minas y canteras

Este porcentaje de la cantidad de ocupados en el medio rural, parece mantenerse por lo menos desde 2006, donde se registra un porcentaje similar. Ante estos datos y el contexto del sector agropecuario antes descripto, cave preguntarse, ¿a que se debe que durante una expansión del sector no varíe la cantidad de mano de obra en actividad?

A esta pregunta intentamos responder durante las consultas hechas a los distintos productores y algunas entrevistas ya realizas en ediciones anteriores, aunque debemos reconocer y aclarar que explicar un contexto como el del medio rural amerita investigaciones de caracteres sociológico, económico e inclusive político, para lograr vislumbrar las variables que influyen en este proceso de despoblación del campo que ya es perceptible.

EL PESO DE LA TRADICIÖN | Uno de los primeros factores a los que le atribuyen los productores esta falta de mano de obra en el campo, es a la pérdida de la tradición. “El campo es como los mejores artistas que empiezan de chicos”, decía el agricultor Alfonso Díaz, al tiempo que decía que la tradición de trabajar en el campo ya no estaba arraigándose en los jóvenes, los cuales representaban una cantidad importante de la mano de obra disponible.

En marzo de este año publicábamos una nota titulada “La mujer rural y su emancipación”, en la cual, Marita Lasalle, integrante de Mujeres Rurales del Uruguay, decía: “Ante la familia era mucho mas unida, todo niño en la escuela tiene muchísimo mas comunicación, ve la realidad en otras partes y lo primero que quiere hacer es huir del campo por que el campo le brinda oportunidades”.

Lasalle deslindó en esta declaración una de las posibles causas de la migración campo-ciudad por parte de los jóvenes, la educación. Si bien la mayoría de los productores que se consultaron para esta nota no mencionaron a la educación como un factor posible de este proceso, en junio de este año, en entrevista con Rosana Suarez, maestra en la escuela rural de Colonia Wilson, la cual posee una experiencia de 20 años en escuelas de este tipo, decía que el actual plan de estudios surgido de la Ley General de Educación en 2008, en conjunto a las facultades del Plan Ceibal, contribuyen a una mejor formación del alumno, “igual a la de las zonas urbanas”. Este tipo de educación universal parece lograr el interés del niño rural por actividades urbanas que lo alejan de su contexto natal.

LA INDUSTRIA | Gran parte, si no todos, de los productores con los cuales La Semana conversó con el fin de dirigir esta nota, mencionaban con recelo la aparición de la industria como sustractor de la mano de obra.

No caben dudas del crecimiento industrial de San  José fuertemente mencionado en este medio, el cual abarca la aparición de Effa Motors-actual Lifan-, Takata SA y Milagro SA. Tres grandes colosos industriales que reclaman, solo ellos, casi mil personas para su funcionamiento.

SI bien no podemos garantizar 100% que los trabajadores actuales de dichas fábricas hayan provenido del sector agropecuario, los bajos índices de desempleo que registra el Uruguay hace pensar que esos puestos de trabajo fueron ocupados mediante un desplazamiento de dicha mano de obra de unas actividades a otras.

La industria ofrece un trabajo “menos sacrificado” y con un sueldo9 constante, lo que la vuelve una oferta laboral mas atractiva, como nos hicieron saber los productores. Si bien el sueldo en algunas actividades, como la cosecha de papa, el suelo puede ascender a entre 15 o 20 mil pesos, en las temporadas bajas de invierno los sueldos tienden a ser bastante inferiores a esta suma. Por esta razón, el trabajador prefiere un ingreso continuo y estable.


¿CRISIS? | Algunos productores ya hablan de una crisis, otros de un proceso que se agudiza, pero lo que si aparece como un hecho, es que los productores rurales ya comienzan a aplicar ciertas medias que los ayuden a sustentar esta falta de mano de obra producto de la despoblación gradual del campo.

Así, la agricultura se vuelve cada vez mas familiar, por lo menos en los casos de los medianos y pequeños productores, ya que los propios dueños de los campos se ven obligados a trabajar, al tiempo que buscan una mayor tecnificación del trabajo para suplantar la mano de obra faltante. A esta medida hay que sumarle la reducción del cultivo de ciertos alimentos, sobre todo la fruta, que reclamen demasiada mano de obra, la cual se hace cara por su escasez. Estas medias, por lo menos así lo penamos, puede llevar a la pérdida casi absoluta del trabajador rural.





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