Parecería ser que, en la actualidad, el cine estaría entrando en un período de decadencia que preside a su muerte. La introducción de tecnologías con acceso al internet con anchos de bandas de alta capacidad y velocidad, va haciendo que el consumo de películas y videos se hagan desde los hogares sin la necesidad de trasladarse a las salas de cine.
Según un estudio de la Motion Pictures Association of America (empresa dedicada a la defensa y tenencia de derechos de cine, derechos de expresión y comercio), realizada en 2005, muestra datos alarmantes sobre el consumo de cine. El aumento en norte américa, en lo que a consumo de videos de la web respecta ,aumentó para la fecha 53%, mientras que el cine solo lo hace en un 8%, teniendo en cuenta los cinco años anteriores.
A partir de estos datos, y los progresivos avances en el área de la informática, hacen pensar que la existencia del cine, como lo conocemos tradicionalmente, va a desaparecer. Sin embargo, existen ya muchas experiencias de otros medios que se enfrentaron a situaciones similares y que hoy en día se mantienen vigentes. Es el caso la prensa escrita, que tuvo que enfrentarse a otras tecnologías, en su momento sumamente innovadoras, haciendo pensar a más de uno en la desaparición de la misma. Lo cierto es que hoy en día la prensa se mantiene funcionando, gracias en parte, a su asociación con los nuevos medios de difusión masiva como la internet.
Ante estos precedentes, es factible deducir que el cine puede hallar su bote salva vidas en la asociación con las nuevas tecnologías. Efectivamente, hoy en día se están incorporando a las salas medios de proyección digitales, que mejoran la calidad y durabilidad de los filmes, asegurando también, la seguridad del contenido ante la piratería. Sin lugar a dudas estas nuevas técnicas en el arte del cine sustituirán a la ya vieja proyectora 35mm, promoviendo un espectáculo de alta calidad que no se puede encontrar en casa.
Otro factor a tener en cuenta, es el significado socio cultural del cine. Han pasado 116 años desde que los hermanos Lumiére proyectaran, por primera vez, a un grupo de trabajadores saliendo de una fábrica, tiempo suficiente para que la sala de cine se convirtiera, más que en un centro de entretenimiento, en un acto ritualizado de sociabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario